¿LISTO PARA UN INVERSIONISTA? LOS SECRETOS LEGALES PARA PROTEGER TU NEGOCIO Y CRECER

Atraer inversionistas es un paso crucial para escalar un negocio, expandir operaciones o desarrollar nuevos proyectos. Sin embargo, muchas veces, el entusiasmo por obtener capital fresco puede hacer que los emprendedores pasen por alto los aspectos legales necesarios para garantizar una relación de inversión sólida y beneficiosa para ambas partes. En este blog, te explicaremos los puntos clave que debes considerar al incorporar un inversionista a tu empresa, de acuerdo con la legislación vigente en México.

1.    Acuerdos de inversión: La base de una relación clara y transparente

 El primer paso en la incorporación de un inversionista es establecer un acuerdo de inversión que defina las reglas del juego desde el inicio. En México, estos acuerdos suelen comenzar con un Term Sheet, un documento preliminar que detalla los términos generales de la inversión. Aunque no es vinculante, es una guía importante para la negociación.

Posteriormente, se formaliza mediante contratos, tales como:

  • Contrato de inversión: Especifica el monto de la inversión, el porcentaje de participación accionaria y las condiciones para futuros desembolsos.

  • Acuerdos de accionistas o pactos parasociales: Este documento es esencial para regular la relación entre los socios y los nuevos inversionistas. Incluye acuerdos como:

    • Derecho de arrastre: Permite a un socio mayoritario vender la empresa bajo las mismas condiciones para todos los accionistas.

    • Derecho de preferencia: Otorga prioridad a los socios actuales para adquirir acciones antes de ofrecerlas a terceros.

    • Derecho de veto: Brinda al inversionista la posibilidad de bloquear decisiones estratégicas específicas.

Consejo legal: Asegúrate de que los instrumentos sean sean redactados de forma precisa para evitar interpretaciones ambiguas que puedan generar conflictos futuros.

2. Estructura accionaria: ¿Cómo compartir sin perder el control?

Uno de los mayores temores de los emprendedores al incorporar un inversionista es perder el control de su negocio. Para evitarlo, es fundamental definir una estructura accionaria adecuada que permita captar capital sin comprometer la toma de decisiones estratégicas.

Algunas opciones a considerar:

  • Acciones preferentes: Estas otorgan derechos económicos, como dividendos preferenciales, pero no derechos de voto en las decisiones estratégicas.

  • Esquemas escalonados: Dividir los derechos de voto según el tipo de acción (ordinarias y preferentes) puede ser una solución para mantener el control.

En México, estos aspectos están regulados principalmente por la Ley General de Sociedades Mercantiles (LGSM), la cual permite a los socios pactar diferentes derechos y obligaciones en los estatutos sociales de la empresa.

Consejo legal: Actualiza los estatutos de tu empresa para reflejar los nuevos acuerdos y garantizar su validez legal. 

3. Obligaciones fiscales y legales: Lo que no puedes ignorar

Sumar un inversionista también implica cumplir con obligaciones legales y fiscales. Estas son algunas de las más relevantes:

  • Aumentos de capital: Según el artículo 116 de la LGSM, cualquier incremento en el capital social debe ser aprobado por la asamblea de socios y registrado ante el Registro Público de Comercio.

  • Auditorías financieras: Los inversionistas suelen exigir transparencia financiera mediante auditorías regulares, lo cual requiere una gestión ordenada de tus estados financieros.

  • Implicaciones fiscales: Dependiendo del tipo de inversión (capital o deuda), podrían generarse impuestos relacionados con los dividendos o el pago de intereses. La asesoría de un contador o abogado fiscalista es clave para evitar problemas con el SAT.

4. La importancia de la transparencia y la confianza mutua

Incorporar un inversionista no solo implica recibir dinero, sino sumar a un socio estratégico que contribuirá al crecimiento de tu empresa. Por ello, la transparencia es esencial desde el inicio. Presenta una due diligence sólida, que incluya:

  • Documentos corporativos actualizados.

  • Estados financieros auditados.

  • Contratos clave con clientes y proveedores.

Un inversionista satisfecho y bien informado será más propenso a comprometerse con el éxito a largo plazo de tu empresa.

Incorporar a un inversionista es un proceso complejo que puede abrir la puerta a nuevas oportunidades de crecimiento, pero también trae consigo retos legales que no puedes ignorar. Desde la redacción de contratos hasta la definición de tu estructura accionaria, cada detalle cuenta para proteger tus intereses y construir una relación sólida.

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